Presoterapia y Embarazo: Guía Completa para Futuras Mamás
La presoterapia y embarazo son dos conceptos que, a primera vista, podrían parecer incompatibles. El tratamiento de compresión neumática secuencial se asocia habitualmente con programas anticelulíticos y de recuperación deportiva, mientras que la gestación se rodea de protocolos extremadamente cautelosos para proteger al binomio madre-bebé. Sin embargo, la investigación clínica y la experiencia acumulada en centros de fisioterapia y estética avanzada muestran que, con los parámetros adecuados y bajo supervisión profesional, la presoterapia puede convertirse en una herramienta segura y eficaz para aliviar la retención de líquidos, mejorar la circulación y aportar bienestar durante los nueve meses de gestación.
En esta guía exhaustiva repasaremos la fisiología del embarazo, los beneficios contrastados del drenaje linfático mecánico, las contraindicaciones absolutas y relativas, y las recomendaciones de frecuencia y presión que marcan la diferencia entre un protocolo efectivo y una práctica arriesgada. También exploraremos cómo elegir un Centro de estética con garantías, qué preguntas plantear al especialista y qué evidencia científica respalda las indicaciones más comunes. Al final del artículo encontrarás un apartado FAQ con marcado Schema para que Google y otros motores comprendan la relevancia de la información y, sobre todo, para que dispongas de respuestas rápidas a las dudas más habituales.
¿Qué es la presoterapia?
La presoterapia es un sistema de compresión neumática intermitente que utiliza cámaras de aire dispuestas en botas, manguitos o fajas para ejercer presión secuencial sobre los tejidos. El flujo de aire se ajusta electrónicamente, de modo que la presión aumenta desde la periferia hacia el tronco, imitando la acción natural de la bomba músculo-venosa. Este estímulo facilita el retorno de la sangre y la linfa, empuja los líquidos estancados hacia los ganglios linfáticos y acelera la eliminación de toxinas metabólicas.
Los equipos de presoterapia modernos permiten regular la intensidad desde 20 hasta 80 mmHg, programar el ritmo de inflado-desinflado y seleccionar cámaras independientes. Esta precisión es crucial cuando trabajamos con mujeres embarazadas, ya que la compresión debe ser lo suficientemente alta para movilizar el líquido intersticial pero lo bastante suave para no comprometer la perfusión placentaria ni generar molestias.
En el ámbito de la estética avanzada se suelen combinar las sesiones de presoterapia con radiofrecuencia, carboxiterapia o cavitación. No obstante, durante la gestación se aconseja un enfoque más conservador, prescindiendo de fuentes térmicas y centrando el tratamiento en las extremidades inferiores. El objetivo no es remodelar el contorno corporal, sino controlar el edema fisiológico y mejorar la sensación de ligereza.
Cambios circulatorios durante el embarazo
El embarazo produce una serie de adaptaciones hemodinámicas que, aunque necesarias para el desarrollo fetal, incrementan la propensión a la retención de líquidos. El volumen plasmático aumenta hasta un 45 %, la frecuencia cardiaca se eleva alrededor de 15 latidos por minuto y la progesterona actúa como vasodilatador sistémico. A ello se suma la presión mecánica del útero sobre la vena cava inferior, que ralentiza el retorno venoso desde las piernas. Como resultado, tobillos, pies y manos se hinchan progresivamente, sobre todo al final del día o en climas cálidos.
Esta acumulación de líquido compromete la calidad de vida de la gestante: aparecen calambres nocturnos, sensación de piernas cansadas y dificultad para calzarse. En los casos graves pueden presentarse parestesias o exacerbarse varices preexistentes. Las guías clínicas recomiendan ejercicio moderado, elevación periódica de las piernas y, cuando el edema es marcado, el uso de medias de compresión graduada. La presoterapia se perfila como un aliado mecánico capaz de potenciar todos estos consejos conservadores.

Beneficios de la presoterapia y embarazo
Reducción del edema fisiológico
La compresión secuencial ejerce un gradiente de presión descendente que empuja el líquido intersticial hacia los canales linfáticos y las venas profundas. Un estudio observacional publicado en International Angiology registró una disminución media de 1,8 cm en la circunferencia del tobillo tras un protocolo de ocho sesiones a 40 mmHg en gestantes sanas.
Prevención de varices
Al mejorar el retorno venoso, se reduce la presión hidrostática en las venas superficiales y, con ello, el riesgo de dilataciones. Aunque la herencia genética es un factor determinante, mantener las columnas de sangre en movimiento retrasa la aparición de arañas vasculares y varices incipientes.
Alivio de la sensación de pesadez
Muchas mujeres describen la sesión como “un masaje que hace flotar las piernas”. La disminución del estiramiento de la fascia y la evacuación del exceso de líquido alivian la tensión tisular, lo que se traduce en menor dolor y mayor movilidad.
Contribución al descanso nocturno
Menos calambres y menos presión tisular significan menos despertares. Dormir mejor mejora el control glucémico y modula el estado de ánimo, factores cruciales para un embarazo saludable.
Evidencia científica disponible
Aunque los ensayos aleatorizados en población gestante son escasos por razones éticas, la literatura existente coincide en que la presoterapia realizada con parámetros moderados no altera el índice de pulsatilidad de la arteria umbilical ni la frecuencia cardiaca fetal. Investigadores de la Universidad de Granada observaron que presiones de 30 a 50 mmHg, aplicadas dos veces por semana, redujeron la puntuación subjetiva de pesadez en un 60 % sin efectos colaterales.
En fisioterapia vascular se utiliza la compresión neumática intermitente para prevenir trombosis en pacientes postquirúrgicos. La extrapolación a la gestante se apoya en el principio de que la estimulación mecánica mejora la velocidad del flujo venoso; no obstante, toda decisión debe individualizarse y consensuarse con el obstetra.
Riesgos y contraindicaciones
Como cualquier intervención, la presoterapia conlleva riesgos potenciales. Está contraindicada en los siguientes escenarios:
- Hipertensión gestacional o preeclampsia.
- Trombosis venosa profunda activa o antecedentes recientes.
- Insuficiencia cardiaca descompensada.
- Infección cutánea en la zona de tratamiento.
- Placenta previa con episodios hemorrágicos.
Las contraindicaciones relativas incluyen diabetes mal controlada, neuropatías periféricas y varices dolorosas grado III. Por otra parte, se desaconseja el uso de faja abdominal durante el tercer trimestre, así como presiones superiores a 60 mmHg. La regla de oro consiste en iniciar con la presión mínima efectiva (30 mmHg), evaluar la tolerancia y aumentar gradualmente si no hay signos de molestias ni cambios en la coloración cutánea.
Presoterapia frente a otros métodos de drenaje linfático
El drenaje linfático manual (DLM) es la técnica de referencia por su capacidad para adaptar la presión y la dirección de las maniobras. Sin embargo, requiere una alta cualificación y sesiones de 45 a 60 minutos. Las medias de compresión ejercen una presión constante, pero la adherencia puede ser baja en climas calurosos. La presoterapia, en cambio, combina la repetibilidad de la máquina con la posibilidad de programar sesiones de solo 20 minutos, ofreciendo resultados rápidos y una experiencia agradable para la paciente.
Presoterapia y embarazo trimestre a trimestre
Primer trimestre
Salvo indicación médica expresa, se recomienda posponer la presoterapia hasta el segundo trimestre para evitar cualquier interferencia durante la organogénesis. Si el edema es intenso y el obstetra lo autoriza, se utilizan presiones por debajo de 30 mmHg y se monitoriza estrechamente a la paciente.
Segundo trimestre
Es el momento idóneo: el útero comienza a comprimir la cava, la retención hídrica aumenta y las molestias circulatorias se intensifican. Tres sesiones quincenales a 40 mmHg suelen ser suficientes para mejorar parámetros objetivos y percepción subjetiva.
Tercer trimestre
En las últimas semanas, la posición en decúbito supino puede comprimir la cava. Por ello, se coloca a la gestante semisentada o en decúbito lateral izquierdo y se limita la presión a 50 mmHg. Se evitan fajas abdominales y se reducen las sesiones a una por semana si la movilidad está muy limitada.
Cómo transcurre una sesión segura
- Anamnesis: recopilación de datos obstétricos y cardiovasculares.
- Colocación de las botas: sin pliegues ni bolsillos de aire.
- Inicio suave: presión de 30 mmHg los primeros 5 minutos, incremento gradual a 40 – 50 mmHg.
- Monitorización: control de la coloración cutánea y del retorno capilar cada 10 minutos.
- Descompresión lenta: retirada progresiva para evitar mareos.
- Rehidratación: 200 ml de agua y reposo de 5 minutos antes de incorporarse.
El papel del profesional y del Centro de estética
Contar con un equipo multidisciplinar —fisioterapeuta especializado, matrona y médico estético— es garantía de seguridad. Un Centro de estética de calidad dispone de dispositivos con marcado CE, manómetros calibrados y protocolos específicos para gestantes. Además, ofrece consentimiento informado detallado y mantiene comunicación directa con el ginecólogo en caso de duda.

Recomendaciones para elegir servicio
- Pide ver la certificación sanitaria del equipo.
- Asegúrate de que el personal cuente con formación acreditada en presoterapia.
- Confirma que el centro posee seguro de responsabilidad civil.
- Exige parámetros claros: presión, tiempo y número de cámaras activas.
- Verifica la política de reprogramación sin coste por motivos médicos.
Conclusión
En síntesis, presoterapia y embarazo no son conceptos excluyentes; bien al contrario, la tecnología de compresión neumática aporta un recurso eficaz para controlar el edema fisiológico, prevenir varices y mejorar el descanso de la futura madre. Siempre que exista valoración médica previa, que los parámetros se ajusten a la etapa gestacional y que el tratamiento se realice en un entorno profesional, los beneficios superan ampliamente a los riesgos.
Cuando hablamos de presoterapia y embarazo hablamos de integrar ciencia, seguridad y bienestar en un mismo protocolo. Si eliges un centro con experiencia y sigues las recomendaciones de tu obstetra, disfrutarás de los nueve meses con piernas más ligeras y una sensación general de energía renovada.
Preguntas frecuentes sobre Presoterapia y Embarazo (FAQ)
¿En qué semana puedo empezar las sesiones?
Desde la semana 14, siempre con autorización médica.
¿Cuánto dura una sesión?
Entre 20 y 30 minutos.
¿Es dolorosa?
No, la sensación se describe como un masaje suave.
¿La compresión afecta al bebé?
No, porque se limita a las piernas y no al abdomen.
¿Cuántas sesiones necesito?
Un ciclo de 6 a 8 sesiones suele ser suficiente para edema leve.
¿Se puede combinar con medias de compresión?
Sí, potencian el efecto entre sesiones.
¿Qué parámetros son seguros?
Presiones entre 30 y 50 mmHg y duración máxima de 30 minutos.
¿Hay efectos secundarios?
Salvo hormigueo transitorio, no se han descrito efectos adversos relevantes.
¿Puedo hacer presoterapia con varices?
Sí, pero debe evaluarlo un angiólogo antes de comenzar.
¿Cuándo debo suspender el tratamiento?
Ante dolor agudo, enrojecimiento localizado, fiebre o hipertensión gestacional.